domingo, 29 de noviembre de 2009

PUTTUS INMATURUS I: las categorías sociales

Estaba viviendo los últimos días de mi adolescencia, cuando de repente alguien me dijo, diablos, fue en una de mis últimas clases de Antropología y Género. Bueno ahí entendí q hay diferentes formas de catalogar a la gente que no se comporta como la gran mayoría según sus características generales. Esta es, y estoy completamente convencido, una construcción cultural.
En esa reveladora clase, según diferentes autores que no se me viene a la memoria, tenemos roles de género que nos acomodan dentro de las categorías de la sociedad, así la mujer tiene que comportarse como mujer y el hombre como tal; diferentes por cierto: usar tales ropas de tales colores, peinarse de esta forma, moverse y hacer ademanes de tales intensidades y formas, etc. Los roles están establecidos históricamente, es decir, en el sentido foucaultiano de la palabra, han variado a través de la historia. Nótese por ejemplo que en la edad media un subordinado varón tenía que besar en la boca a su superior también varón, léase sino el Mio Cid, o El Nombre de la Rosa y todas las novelas caballerescas medievales. Han variado pues, y seguirán variando hasta el fin de la humanidad. Para resumir y evitar enrrollos cito a Simone de Behavior: “¿Qué somos las mujeres?, ¿nacemos como tales? No: nacemos como seres humanos y nos convertimos, por motivos históricos, culturales y sociales, en mujeres” lo mismo vale para los varones.
Esto quiere decir que la mujer y el ser humano ha creado los roles, sea cual sea el motivo histórico.
Ahora pues, ¿solo se plica esta cuestión para los problemas de género? Para muchos esto es aplicable para la raza, las clases sociales y los grupos etáreos. Quiero ocuparme ahora de éste último.
En una entrevista Michael Foucault sostenía que la Psicología es una forma de cultura, donde ciertas patologías son comportamientos no compartidos por la gran mayoría “normal” o “sana”. En otras culturas estos comportamientos son parte de procesos, o son comportamientos “normales”. Lo que sucede es que al Piscología ha establecido, basándose en la ética, ciertas formas de comportamiento común entre los seres de la (nuestra) sociedad. Así pues ahora me enfoco en la madurez del adulto: tiene comportarse de determinada manera porque sino aún seguiría siendo un adolescente tardío (creo que como yo, aun lo dudo, la sociedad ejerce una fuerte presión sobre mí), comportamientos tales como orinar en el parque, ser responsable, pasarse la noche leyendo un blog, buscar un trabajo (no estoy contra nada de eso, ¿okey?) nos ubicarían como puttus inmaturus o adultus. O también en proceso de maduración, o alguien que perdió los papeles, etc. En suma, esta categorización vale dentro de nuestra sociedad, mientras que otros lugares de sensibilidades locales diferentes, tienen una percepción también diferente.
Entonces la madurez es algo relativo, en ociolandia ver a cada rato el facebook y mujeres en bikini no es pérdida de tiempo, eso es vida.
Dejando de un lado las bromas: a comienzo del siglo pasado, al menos en el Perú aquellos que dejaban su juguete ya eran un brazo más que podía traer el pan a la casa. Es decir, no tenían adolescencia, uno se hacia adulto ni bien dejaba la niñez, a eso de los 13 o 14 años. Y aún sigue siendo así en los estratos más bajos. (Continuará)

domingo, 22 de noviembre de 2009

Antrofilia y Antrología: Una Introducción


Me atribuyo con mucho orgullo, el desmérito de haber puesto en el tan saturado vocabulario terminológico, el neologismo Antrología, un título burlesco que puse en un álbum de mi hi5, aduciendo a mi carrera y sus integrantes, perdón, sus estudiantes.
Al comienzo me dijeron “te comiste la “lo” ”, y tenia que explicarles que Antrología no tiene nada de comido, y es una especialidad de la Antropología (según yo) que estudia los antros, las chupas, las chelas y su explicación y relación con la cultura. Me replicaron, hoscamente, que no somos una sarta de borrachos, (hic) que tomaremos un poquito (hic) pero no es para que este hablando sandeces de una carrera tan interesante (hic) y además tan… tan… tan… salud payaso (hic).
Pues bien, sia l comienzo me burlaba de los borrachos de una facultad especifica, de una universidad especifica y de una zona también especifica, no quiero que confundan el designo, porque no es mi intensión ni me prepongo hablar mal de mi carrera, ni de todo los que no pasaron por el bautizo cachimbal (ese, donde como fiel y buen antropólogo defensor de las tradiciones, cumple con el rito de paso y se emborracha en su fiesta de cachimbo). Yo quiero aquí, hacer antropología de la vida cotidiana (Lluis Duch opra), ver desde la óptica antropológica las borracheras, juergas con amanecida y demás cochinadas que hacemos, bueno, que hacíamos los estudiantes durante aquellos años.
Y tomemos el toro por las astas: Antrología proviene de las palabras griegas Antro (covacha, nido) y Logía (estudio), estudio de los antros y covachas donde se pierde el cerebro triunfador, ese que casi se descalabra para ingresar a la universidad, no escribo bromas. Por lo demás el Antrólogo, tiene que hacer observación participante, es decir meterse de lleno a las juergas y entablar conversaciones de donde pueda obtener información sobre el porqué de las chupas. Una labor muy difícil y delicada, eso hace que esta carrera se ennoblezca. Reitero mi seriedad.
Por su parte, el antrófilo es el actor, el individuo en estudio, aquel que sin saber o sabiendo es parte de un minucioso desciframiento antropológico. El antrólogo, para lograr su investigación tiene que ser además atrófilo temporal, y es recomendable que no se vicie: el trago mata las penas, pero también al cuerpo, lo dicen mis prematuros achaques.
Para ser antrólogo uno tiene que ser curioso, saber ordenar sus ideas y sobre todo saber escribir y recordar mientras esta borracho. No hay más que hacer. El resto es pura creatividad, como en cualquier carrera.
Para al antropología que se imparte en las aulas, la antrología es una bastarda, no merecedora de de entrar al campus como rama. Los antropólogos de saco y cartón, no ven a la antrofilia (el amor a los antros) como un sistema cultural, capaz de ser estudiado científicamente, sino ams bien, ven las partes de éste diseminados en diferentes ritos y pasajes en el cual el licor esté presente; un gran ejemplo es verlo en los estudios etnográficos como componentes de las mesadas andinas, no como un fin en si mismo.
Así pues, di esta pequeña introducción a la antrología y la antrofilia, recalcado que también estudio otras cosas, pues me es un deber hacerlo.

viernes, 20 de noviembre de 2009

entrada: el dilema posmoderno

Este es el primer post que voy a escribir y lo hare sin gana, por que sin pasión me vi obligado a crear mi cuenta.
Me presento: soy antropólogo recién salido del cascarón, obsesionado con crear una idea, o una corriente de ideas que trasciendan, con objetos de hacer un mundo mas entendible (la verdad creo que más me interesa ser famoso XD compréndanme, acabo de salir de mi adolescencia... o creo soy adolescente tardío... no sé), ya que hasta ahora no le hayo razón a nada, y constantemente le encuentro peros a todo lo que dice ser racional (en el sentido freudiano de la palabra). Esto se debe a que soy posmoderno.
La palabra posmodernismo no es algo concreto, está mas bien como flotando a la deriva como una especie de nave espacial mal acorazada, pero avanza, no sabemos a donde pero sigue avanzando. Y es que esta nave, en la cual se prenden muchos ideologos, considera como absoluta la inexistencia de la verdad absoluta, es decir... ¿me entiendes lucas? se contradice a si misma.

Preo bueno, no podemos generalizar, seria injusto sabiendo que la relatividad si es general (me apoyo en Eintein y el 4% conocido de la materia que conforma el universo), entonces la ciencia es tan relativa como un prejuiicio. pero no. Me abstengo a criticcar duro a la ciencia y al razonamiento lógico. ¿Como diablos vamos a avanzar si no tenemos, al menos, un punto de apoyo con el cual movernos? todos razonamos, aunque a nuestra manera, equivocándonos, u obteniendo resultados diferentes.... Pero todo es tan realtivo al moeento de decir por ejemplo: ud. debe hacer esto,, usted debe escribir así, y chacajuá. Todo pues, todo lo que tiene que ver con la ética y al moralidad, podría ser de otra forma. Cuando juzgamos un hecho social, una acción individual, estamos apoyándonos en la ética (incluido los DDHH). Miren sino la historia, acciones y juicios según la cultura y creencias de sus épocas, transformaciones constantes a veces por caprichos de reyes o linajes, justicia según las circunstancias globales o ideológicas. Lo que estamos viviendo ahora, los preceptos que rigen nuestra ética y nuestra justicia son de nuestro tiempo y un día se acabarán, como dice Foucault, serán borrados como el mar borra las huellas en la Arena. ¿tendría entonces sentido seguir luchando y buscando justicia?

Me voy a preparar una torta. sayonara